Porque
esta vez sí quiero darme la oportunidad de vivir, de no malgastar mi vida más en cosas absurdas, obsesivas, cosas que, al fin y al cabo, no me aportan nada, salvo autodestruirme. En lugar de eso solo busco la paz, paz que estoy encontrando en
mí gracias a los grandes apoyos que esta vez sí he tenido, he encontrado y también he querido ver, aunque al principio fuera incapaz de hacerlo. Porque a veces estamos demasiado cegados para ver a las personas que merecen la pena en la
vida, y es una pena dejarlas escapar, porque no abundan.
Mientras en la prensa, la televisión e internet lo único que parece que quieren transmitirnos es un mensaje
de desesperanza, de incertidumbre ante los problemas económicos, sociales, etc., de miedo, yo quiero transmitir desde este blog un mensaje de esperanza. Esperanza para una sociedad en caos, en crisis emocional, la cual es mucho más complicada
de superar incluso que la económica, de crisis de valores y tal vez, de falta de humanidad.
La depresión es una enfermedad dura, solitaria, destructiva… pero
hoy puedo decir que es una enfermedad de la que se puede salir y espero, olvidar para siempre. Eso sí, se requiere fuerza, fortaleza, mucha paciencia y sobre todo, querer. Y mucha valentía, aparcar el miedo. Tal vez no necesites querer salir
conscientemente, puede valer con que tan solo esa idea esté en tu subconsciente y pueda salir a flote.
Yo tampoco era consciente de que sí quería salir de
este socavón, pero si no llevé a cabo ninguna de las ideas absurdas de suicidio que se me pasaron por la cabeza (tirarme al metro, tirarme por un puente de una carretera, ser atropellada, tomar pastillas, contratar a un sicario para que me pegara
un tiro, tomar Red-Bull hasta que me diera un infarto, cortarme las venas, ahogarme con una toalla o una bolsa de plástico, no comer hasta morir lentamente, ahorcarme o incluso, irme al mar de noche y nadar mar adentro hasta que la corriente me llevara
o montarme en un avión habiendo consumido algo lo suficientemente importante como para morir antes de llegar a un destino lejano de América) ha sido porque mi subconsciente sí que quería salir, sí que quería VIVIR.
Y esta vez con mayúsculas, no únicamente sobrevivir.
Quiero aclarar que todas estas ideas que surgían en mi cabeza son completamente absurdas y que, si a alguien
se le ocurre intentar llevarlas a cabo, lo único que conseguirá es estar en peores circunstancias para afrontar la enfermedad de frente, lo único que hará será ponerse más obstáculos, puede que obstáculos
muy graves, así que optar por la esperanza, buscar comprensión en cualquier rincón del mundo, comprensión y por supuesto, ayuda médica. Sin vergüenza. Porque, aunque lo creas, no estás solo, somos muchos, solo
que nos empeñamos en vivirlo en soledad, a veces muy necesaria también en esos momentos. Y si la ayuda médica inicial no os convence, seguir buscando, tampoco esto fue fácil para mí, ya os lo contaré más detenidamente,
pero llegué a perder toda esperanza hasta que encontré a mis ángeles de la guarda.
Os invito a leer los “artículos” que he ido escribiendo
en el último mes y que hoy he publicado en este blog. A partir de hoy iré escribiendo nuevos artículos, unos contando mi historia pasada, otros contando mi historia presente y futura y otros, simplemente, transmitiendo mis ideas, valores,
opiniones, inquietudes, etc. Desde la comprensión, la libertad, el respeto y sin querer imponer nada a nadie, simplemente para el que quiera encontrar algo de paz y esperanza en mis palabras.
AH.