 |
 |
|
 |
 |
DESDE LA ESCALERA DE LA DEPRESIÓN A LA ESPERANZA (30-04-2012)
Dicen que hay tres cosas en la vida que todo ser humano debería hacer antes de
morir: plantar un árbol, escribir un libro y tener un hijo. Yo no sé si realizaré las tres, ni siquiera sé si quiero hacerlas, aunque probablemente esté de acuerdo con la frase de que “todo lo que eso implica, se aproximaría
bastante a lo que se supone una vida llena”. ¿Pero qué es una vida llena? ¿Y vacía? Esta es la típica pregunta que casi nadie se hace muy a menudo (junto con la de ¿qué es la felicidad?), que casi nadie quiere hacerse para no caer en el derrotismo de lo que no ha conseguido, de lo que cree que no conseguirá,
de sus miedos, sus inseguridades y sus incomprensiones. Y tal vez sea esto último lo que nos haga más vulnerables: la incomprensión, el sentirte distinto, apartado, débil, sensible, profundo, ante una sociedad que cada vez quiere
avanzar más rápido hacia el camino del éxito sin ni siquiera saber lo que significa para ellos la palabra ÉXITO. Y es justo ese deseo de “gloria”, de tener lo mejor, ser el mejor, estar por encima del vecino, poder decir que eres “superior” al de al lado, querer tenerlo “todo”, el que nos va matando poco a
poco como sociedad, esa competitividad absurda entre vecinos, “amigos”, familiares, razas, países, etc. hasta el punto en el que ya casi nadie se reconoce, poca gente sabe por qué lucha, hacia donde se dirige, cuáles son sus
sueños (tal vez muchos ni se lo pregunten conscientemente) y qué metas le gustaría alcanzar si le dejaran ser libre. No todos tenemos por qué tener los mismos sueños, para gustos se hicieron los colores, pero hay una cosa que probablemente casi todo el mundo agradecería en su camino de lucha y entrega en la vida. COMPRENSIÓN.
Porque en estos tiempos que corren, donde cada uno lucha por “salvarse” de la quema, no solo laboralmente, si no en muchos aspectos de la vida, lo que menos encontramos es esa persona que de verdad nos conozca, que de verdad sepa nuestra historia,
quiera escucharla, esté dispuesto a entenderla y te ofrezca desinteresadamente un brazo en el que apoyarte. Pero otros brazos también se pueden doblar, entonces serás tú el que le pueda tender tu brazo a otro cuando ya esté
firme y robusto como el tronco de un árbol. ¿Plantamos un árbol? Hay muchas formas de plantar un árbol, TU árbol. Tal vez, para conseguir esto, haya que bajar al subsuelo, arrancar las raíces, coger las sales minerales de la tierra, y volver a germinar. Tal vez, en ocasiones sea la única solución, pero para otros que tengan
la oportunidad de darse cuenta de que una rama se les empieza a doblar, puede que la solución esté más cerca, simplemente en mirar al árbol de al lado, sin prepotencia, sin miedo, sin culpa, como iguales, e intentar ver sus raíces
que, como todos los árboles, las tiene, más fuertes, más débiles, más o menos deterioradas. Y así, entre la fuerza que le quede a cada árbol, sea la que sea, la que pueda aportar, si cada uno se apoya un poco en otro, en el vecino, a la vez que deja que otros se apoyen en él, conseguiremos formar un bosque frondoso que
quiera seguir extendiéndose, aunque ya se sabe que siempre habrá tormentas que destruyan parte de las ramas, pero con la seguridad de que juntos, pueden volver a crecer. AH.
SUBIENDO PELDAÑOS (04-05-2012)
De todos es conocida la frase “quien no arriesga, no gana”. Pero ¿qué es el riesgo? ¿O qué nivel de riesgo es
capaz uno de soportar sin que le parezca una verdadera locura y sin que se sienta temblar, inseguro, con vértigo de vivir? Cada uno tiene que responderse a esta pregunta, solo, sin pensar en nadie más que en él mismo (aquí sí que hay que sacar un poco ese lado egoísta), valorando qué le aporta más, si ese riesgo, y la oportunidad
de intentar conseguir algo, o el quedarse parado y dejar que su sueño incumplido, y ni siquiera intentado, se desvanezca en lo profundo de su ser. Tantas veces he oído aquello de “prefiero lamentarme de lo que he hecho, que de lo que no he hecho” y tantas veces he dejado oportunidades escapar sin darme cuenta, que ahora que el destino me da otra oportunidad,
ahora que ese tren al que todos dicen que en algún momento de tu vida “sabes” que te tienes que subir, aparece, no quiero tener miedo, solo quiero subirme y disfrutar del viaje. Será más o menos bonito de lo planificado, habrá
curvas que te hagan quererte bajar, obstáculos en los que estés varado un par de días, incluso meses, pero tendrás esa fuerza en la locomotora, esa fuerza que te empuja por lo que quieres luchar, esa fuerza que está ahí
y que a veces no sabes muy bien de donde sale, pero que consigue que ese tren, aunque a veces sea a tirones, aunque tenga que pararse para hacerte ver qué pasa y quitar las piedras que, tal vez tú mismo, te pusiste en el camino, siga avanzando
hacia una meta, una meta que no tendría sentido en sí misma si no disfrutas del camino. Porque lo importante
no es solo la meta, en la que nos solemos centrar olvidando el camino, lo realmente importante es que nos fijemos en el paisaje del viaje y que disfrutemos de cada instante. ¿Y la locura? ¿Qué es la locura? ¿Qué es algo demasiado arriesgado? Puede que lo arriesgado sea lo que a priori te parece más seguro, lo que se supone que tienes
que hacer, lo que está marcado por la sociedad, por tu familia, por algo externo a ti, y que tu cabeza se acaba creyendo que tiene que ser así, conformándote, viviendo la vida de otros, o peor aún, no viviendo la vida, y todo eso
es lo que te impide realmente ser tú, ser TÚ. Pero TU derecho es ser TÚ, es lo único que nadie puede ni debe quitarte, de otra forma te estarías traicionando a ti mismo y ¿hay peor traición que la que uno puede
hacerse a si mismo? ¿Boicotearte a ti mismo? No, para qué boicotearte a ti mismo, si ya hay mucha gente y otros factores en el mundo dispuestos a hacerlo, si ya tienes esa parte cubierta, para que añadir más carga a la mochila,
para qué meterle piedras. No merece la pena, solo por decir que cargaste una mochila muy pesada, que esa mochila te acabe rompiendo la espalda. No. Así que si ves ese tren pasar, engánchate a él, engánchate a esa vida que te puede dar, esa fuerza que no sabes de donde sale, pero sale. Y con esa fuerza, con esa ilusión, sin perder de vista la
meta pero disfrutando del paisaje, tus posibilidades crecerán, o al menos, podrás decir, que hubo un día que cogiste un tren, que disfrutaste mucho del paisaje y que, aunque la meta no era la esperada, ese camino mereció la pena,
que, al fin y al cabo, es de lo que se trata. AH.
FASE ESTABLE. EL RETORNO A UNA NUEVA VIDA. PAZ (06-05-2012)
Paz, simplemente paz. Estar sola, respirar profundamente y sentir que la vida te da una nueva oportunidad de seguir, de luchar, de conseguir lo que te
propongas, de sacar todo lo que llevas dentro… Paz, contigo misma, la paz más importante; con los demás,
la paz “social”, con el mundo… Porque lo que te ha quitado tal vez ahora la vida te lo esté
entregando en bandeja de plata, pero nunca es fácil, siempre quedará la incertidumbre ante el cambio, ante la novedad, ante lo que se sale de las normas establecidas. ¿Establecidas por quién? ¿Por qué? Establece tus normas, saludables, eso sí, pero tus normas. Que nada ni nadie te las destruya, te las pisotee, del mismo
modo que tu no lo harás con los demás, solo si ellos mismos te piden ayuda y están dispuestos y abiertos a recibirla. Solo entonces, y tampoco entonces, porque serán tus consejos, no normas que imponer. Porque todo el mundo tiene
derecho a equivocarse, a darse cuenta de sus errores, para aprender en el momento en el que el destino, o qué se yo, se los muestre de golpe. Tan solo eres uno más, en este mundo de locos, donde los locos, quizá, sean los más cuerdos, y los más cuerdos se vuelven locos. Pero no importa, cada cual se tiene que construir a sí mismo, reconstruir,
reinventarse si es necesario, todo con el único fin de sentirse único a la vez que libre, independiente e igualitario. Sí, igualitario. Porque no tenemos derecho a juzgar a nadie, incluso conociéndole profundamente, pero nuestro afán por ser comprendidos nos lleva a juzgar irremediablemente lo que nos parece simplemente distinto, simplemente una
opción más dentro de todas las posibilidades. Sé igualitario, aprende a valorar lo positivo
de cada uno en lugar de lo negativo. No creas que eres más, tienes más o eres mejor, porque mañana, ante otra situación, tal vez no lo seas, tal vez quedes al descubierto.
Como decía Ortega y Gasset: “Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella, no me salvo yo”.
AH.
DUDAS Y AGRADECIMIENTO (27-05-2012)
Lo creamos o no, al tomar una decisión, el que más y el que menos, tiene dudas. Para unos durarán unos segundos,
para otros, días, hasta barajar todas las opciones y tomar una decisión y, para un tercer grupo, tal vez duren demasiado, incluso puede que se pierda en ellas y no consiga encontrar la respuesta. Quizá la respuesta la tenga más
cerca de lo que cree, simplemente en su interior, pero el temor a equivocarse puede llevar a necesitar esa aprobación de alguien externo, ese ¿por qué no?, ¡lánzate!, inténtalo. Parece que así conseguimos estar
absurdamente más seguros. El problema viene cuando en vez de encontrar ese ¿por
qué no? te encuentras con los inconvenientes, con la anticipación de las dificultades del camino, esas frases que tu cabeza ya se encarga de repetirte y así crearte esa inseguridad para tomar una decisión, la decisión. Pero
si a pesar de eso hay algo en ti, una pequeña vocecita que comienza a oírse un poco más alto que de costumbre, que intenta tapar a la otra voz, a la que acostumbra a robarte los sueños, las ilusiones y las ganas de luchar por las
cosas realmente importantes de la vida, entonces sabrás que la elección es acertada, porque sentirás que sale de dentro de ti y que por mucho que otros intenten destruírtela, sigue ahí, intentando hacerse firme como una roca,
luchando poco a poco por hacerse oír por encima de la vocecilla del miedo. Si nos fijamos en las cosas que
hemos conseguido hasta ahora en nuestras vidas que, por pocas que sean, algunas serán, aunque solo sea el mero hecho de haber sobrevivido en el camino ya es algo, en muchos casos es posible que lleguemos a pensar incluso qué como fuimos capaces
de superar esto o aquello, eso que antes de comenzar el camino nos parecía imposible o poco probable, hasta puede que una locura si nos hubiéramos parado a pensar algo más en ese momento, si nos hubiéramos dejado atrapar por el
pensamiento creado para bloquearnos. Pero lo cierto es que aquí estamos, con algunas de las cosas que intentamos
cumplidas, con otras convertidas en fracaso y con un grupo de experiencias que no clasificaríamos en ninguno de los dos bandos, porque aunque no se cumplieron como planeamos inicialmente, finalmente fueron logros, o aunque en principio fueran fracasos,
han podido convertirse en logros con la perspectiva del tiempo. Y es que como se suele decir, no hay mal que por bien no venga. De los peores momentos de una persona siempre renace algo, algo grande que estaba oculto en su interior, y lo curioso es que también
suele aparecer alguien, ese alguien que uno ya creía que no existía, ese tipo de persona que ya no abunda o que sabe esconderse bien porque no te la sueles encontrar de frente muchas veces en la vida. Tal vez ese pequeño honor esté reservado para unos cuantos en sus momentos más bajos, en esos momentos en los que ya te has perdido a ti mismo, en los
que el sufrimiento pasa a un nivel que nadie cree que puede ser posible soportarlo y, por eso, en ese momento, solo quiere terminar con él, a pesar del ángel que encontró en el camino y que le tiende la mano para liberarlo.
Gracias, simplemente gracias, a todos esos ángeles, profesionales o personas de a pie, que hacen con sus palabras y sus gestos que alguien encuentre
la mano a la que agarrarse para salir de uno de los socavones de su vida y qué no solo se quedan ahí, si no que le ayudan a asfaltarlo y revisan un tiempo que no se vuelva a abrir. Gracias a la gente GRANDE, con un corazón grande y con
humanidad, esa cualidad que tanta falta hace en esta sociedad. AH.
MI BLOG DE LA ESPERANZA (31-05-2012)
Hoy, día 31 de mayo de 2012, he decidido crear un blog para contar mi experiencia depresiva, en primera persona y sin tapujos. Porque no hay nadie mejor para
explicar esta dura e incomprendida enfermedad que quien la ha sufrido tres veces en su corta vida de 28 años (comenzando a los 12 años, siguiendo por los 16 y acabando ahora con la más fuerte, duradera y difícil de todas) y cree
que a la tercera puede ir la vencida. Porque esta vez sí quiero darme la oportunidad de vivir, de no malgastar mi vida más en
cosas absurdas, obsesivas, cosas que, al fin y al cabo, no me aportan nada, salvo autodestruirme. En lugar de eso solo busco la paz, paz que estoy encontrando en mí gracias a los grandes apoyos que esta vez sí he tenido, he encontrado y también
he querido ver, aunque al principio fuera incapaz de hacerlo. Porque a veces estamos demasiado cegados para ver a las personas que merecen la pena en la vida, y es una pena dejarlas escapar, porque no abundan.
Mientras en la prensa, la televisión e internet lo único que parece que quieren transmitirnos es un mensaje de desesperanza, de incertidumbre ante los problemas económicos,
sociales, etc., de miedo, yo quiero transmitir desde este blog un mensaje de esperanza. Esperanza para una sociedad en caos, en crisis emocional, la cual es mucho más complicada de superar incluso que la económica, de crisis de valores y tal
vez, de falta de humanidad. La depresión es una enfermedad dura, solitaria, destructiva… pero hoy puedo decir que es una enfermedad
de la que se puede salir y espero, olvidar para siempre. Eso sí, se requiere fuerza, fortaleza, mucha paciencia y sobre todo, querer. Y mucha valentía, aparcar el miedo. Tal vez no necesites querer salir conscientemente, puede valer con que tan
solo esa idea esté en tu subconsciente y pueda salir a flote. Yo tampoco era consciente de que sí quería salir de este
socavón, pero si no llevé a cabo ninguna de las ideas absurdas de suicidio que se me pasaron por la cabeza (tirarme al metro, tirarme por un puente de una carretera, ser atropellada, tomar pastillas, contratar a un sicario para que me pegara
un tiro, tomar Red-Bull hasta que me diera un infarto, cortarme las venas, ahogarme con una toalla o una bolsa de plástico, no comer hasta morir lentamente, ahorcarme o incluso, irme al mar de noche y nadar mar adentro hasta que la corriente me llevara
o montarme en un avión habiendo consumido algo lo suficientemente importante como para morir antes de llegar a un destino lejano de América) ha sido porque mi subconsciente sí que quería salir, sí que quería VIVIR.
Y esta vez con mayúsculas, no únicamente sobrevivir. Quiero aclarar que todas estas ideas que surgían en mi cabeza son
completamente absurdas y que, si a alguien se le ocurre intentar llevarlas a cabo, lo único que conseguirá es estar en peores circunstancias para afrontar la enfermedad de frente, lo único que hará será ponerse más
obstáculos, puede que obstáculos muy graves, así que optar por la esperanza, buscar comprensión en cualquier rincón del mundo, comprensión y por supuesto, ayuda médica. Sin vergüenza. Porque, aunque lo
creas, no estás solo, somos muchos, solo que nos empeñamos en vivirlo en soledad, a veces muy necesaria también en esos momentos. Y si la ayuda médica inicial no os convence, seguir buscando, tampoco esto fue fácil para mí,
ya os lo contaré más detenidamente, pero llegué a perder toda esperanza hasta que encontré a mis ángeles de la guarda. Os invito a leer los “artículos” que he ido escribiendo en el último mes y que hoy he publicado en este blog. A partir de hoy iré escribiendo nuevos artículos, unos contando mi historia pasada, otros contando
mi historia presente y futura y otros, simplemente, transmitiendo mis ideas, valores, opiniones, inquietudes, etc. Desde la comprensión, la libertad, el respecto y sin querer imponer nada a nadie, simplemente para el que quiera encontrar algo de paz
y esperanza en mis palabras. AH.
"DONDE TUS SUEÑOS TE LLEVEN" (02-06-2012)
Hoy quiero recomendaros este libro, para mi EL GRAN LIBRO DE LA VIDA y el que me ha hecho replantearme muchas cosas. Se titula "DONDE TUS SUEÑOS TE
LLEVEN" y su autor JAVIER IRIONDO simplemente forma parte de ese grupo de gente GRANDE. Os dejo el link de su blog y mis comentarios hacia él.
Atrévete a leerlo y comienza a cambiar tu vida. http://www.javieririondo.es/
Hola Javier Ya he terminado de leer tu libro, lo he leído
en menos de una semana, pero lo volveré a releer para que cale más dentro de mí, asimilar todo lo que en él transmites y, lo más importante, empezar a ponerlo en práctica, porque el libro es solo el principio del cambio.
Lo mejor es que es imposible quedarse igual después de leerlo, no puedes quedarte impasible, sin más, tienes que llevarlo a la acción, sin miedos, sin inseguridades, sin todas esas cosas con las que nos autolimitamos. Y asumiendo que es
difícil, pero que solo así podemos alcanzar eso que llaman FELICIDAD. Me quedaría con muchas frases, pero para
mí la más importante en este momento es que “siempre queremos enseñar aquello que queremos aprender”. Para sertirnos llenos, para sentir que contribuimos dentro de este mundo sin rumbo, para encontrar ese sueño y ese
sentido que nos motive, muchas veces la única manera de creertelo, de llenarte de toda esa filosofía de vida que reflejas en el libro, es transmitirla y sentir que hay más gente como nosotros, que no estamos solos, cosa que solemos creer
demasiado a menudo. Hace 6 meses no le encontraba ningún sentido a la vida, pero hoy tengo un sueño, un sueño
que probablemente estuvo en mí consciente e inconscientemente siempre, pero que nunca me atreví a decir en alto, muy alto. Ayudar a los demás. Y mi manera de contribuir a este mundo, de sentirme viva en este mundo de locos, es darle la
vuelta a la tortilla de mi vida y que me sirva para que otros no lleguen a caer tan bajo como yo y, de esta forma, yo aprenderé a no caer, enseñándolo. Así que estoy pensando estudiar Psicología. Creo que tengo algo, una
sensibilidad especial, empatía, etc. que puede ayudar a mucha gente y así ayudarme a mí como fin último. Otra
cosa que me ha gratificado mucho del libro es que, algunas de las cosas que cuentas, de otra forma, ya había sido capaz de reflejarlas en mis artículos antes de leer una sola página tuya. Eso me hizo sentirme menos pequeña, me hizo
pensar que podía hacer algo grande, algo gratificante de verdad. Gracias por escribir el GRAN LIBRO DE LA VIDA, el libro que
todo el mundo tendría que tener en la mesilla de noche para no olvidar nunca que SER es lo que da sentido a la vida y que TENER solo ayuda, pero puedes “tenerlo” todo y ser un ridículo infeliz. AH.
CONOCIENDO LA VIDA REAL (08-06-2012)
Una vez recibida el alta y reincorporada a mi puesto de trabajo sentía que tenía que reflejar, de alguna
manera, mis pensamientos y sentimientos de estos días. Podríamos definirlos como extraños, a veces contradictorios, a veces sorprendentes, otras veces incómodos, incrédulos, agradecidos, etc. Muchos matices distintos entremezclados.
Es cierto aquello que te dicen cuando estás tan abajo de "cuando
estés bien lo verás todo con otros ojos, tienes las gafas muy sucias, tus pensamientos están distorsionados, etc." pero no es menos cierto que a pesar de que, una vez "recuperada" todo parezca ser muy distinto o más bien te enfrentes
de otra manera a las adversidades, desde otro ángulo, todo este proceso tiene como fin cambiar tu vida, que te des cuenta de lo que tienes que corregir porque todo ese sufrimiento pasado tiene que tener un sentido. Esa crisis vital, personal, como cada
uno quiera llamarla, hay que transformarla en oportunidad, porque si no cambias nada, si sigues parado mientras las cosas simplemente te pasan, en vez de hacer tú que pasen las cosas que quieres, volverás al principio y no habrás aprendido
ninguna lección de todo este proceso. Ahora, la pregunta que me invade es: ¿y si no hubiera pasado el hecho que desencadenó todo, la gota que colmó el vaso e hizo que sonara la voz de alarma? ¿Seguiría robotizada,
pasando los días con el alma congelada, navegando a la deriva sin encontrar el norte? ¿Cuánto tiempo más habría perdido y en qué circunstancias me encontraría después de todo? Nadie tiene la respuesta a estas preguntas pero lo que sí sé, de lo que soy plenamente consciente, es
de que estoy en unas circunstancias mucho mejores de las que pensaba que iba a estar cuando me recuperara, en el hipotético caso de que lo consiguiera. Y el plazo también es mucho menor del que estaba en mi cabeza. Esto es lo que no tengo que
olvidar, que aunque me creyera desahuciada he sido capaz de reponerme, pensar hacia dónde puedo cambiar el timón de mi vida y comenzar a intentarlo paso a paso, sin prisa pero sin pausa. Y tampoco es necesario que todo transcurra tal y como pienso
ahora, es más, ni siquiera quiero plantearme cómo quiero que pase, solo tengo bocetos de mi futuro, bocetos que debo ir encajando como las piezas de un puzle e ir incorporando las nuevas piezas que la vida me vaya entregando. Pensaba cómo podía titular este artículo y lo primero que se me vino a la mente fue "volviendo
a la vida real", por aquello de volver a trabajar, a llevar una rutina, a enfrentarme a los problemas diarios, cotidianos... pero no terminaba de estar a gusto con esa frase. Entonces me dí cuenta de que a la vida a la que yo había "vuelto",
lo que llamaba ahora vida real, el estado en el que me encuentro, lo estaba descubriendo. Sí, descubriendo. Porque no lo conocía, porque no era capaz de encontrar paz, de rebuscar en la vida con qué quiero quedarme, de curiosear, de sentirme
realmente viva. Y de estar a gusto conmigo misma. A pesar de que mi psicóloga
me diría que no me analice tanto, que no hace falta ponerle nombre a lo que me ha pasado, creo que después de todo puedo diagnosticarme. Y, aunque ponerle nombre no sirva de mucho, creo que por mi purismo científico, lo necesito. Puedo
estar equivocada y si así es espero que algún profesional me corrija, pero para mí esto es una distimia de unos 2 o 3 años que ha acabado con una depresión mayor por estrés (la gota que colmó el vaso).
Ahora solo pido darme cuenta un poco antes de mis errores, porque está claro que volveré
a cometer errores, ya que esto es condición humana. Pero, aunque esta vez haya
aprendido a remontarme un poco "a lo bestia", no es bueno caer tan "a lo bestia", demasiados riesgos que no sabes a donde te pueden llevar en el momento en el que tocas fondo. Por eso quiero darme cuenta antes.
AH.
DIBUJO (13-06-2012)
En mis peores momentos, una de las pocas cosas que me calmaban toda esa rabia, toda esa furia conmigo misma que tenía dentro, era dibujar. Como yo decía,
hacía “dibujos raros”. Era capaz de estar una hora o más concentrada en esa meticulosidad, esa paciencia… eso, ridículamente, me calmaba. Posiblemente el motivo de esa calma no era otro que el de que así expresaba lo que sentía, liberaba parte de mi energía negativa proyectándolo en un papel. Una muestra del tipo de dibujos que hacía
es la foto que veis. Claramente refleja toda la rabia, todos los caminos enrevesados que había dentro de mi cabeza, todas esas dudas e inseguridades que me llevaban a plasmar esa maraña, así es como yo veía la vida en esos momentos,
como una gran maraña imposible de desenredar, como un laberinto infinito del que era imposible salir. Los colores supuestamente los
elegí “al azar” por tener a mano un bolígrafo rojo y otro negro o porque son los típicos colores que se emplean normalmente para trabajar, estudiar, para la vida rutinaria. Puede que simplemente fuera eso o puede que, tal vez,
con el negro quisiera reflejar todo ese pesimismo en el que era incapaz de ver un solo rayo de luz, pero con el rojo reflejaba inconscientemente la pasión por seguir luchando, la sangre que hierve en mis venas.
Porque no hay nada peor que resignarse, resignarse a una vida vacía, hipotecada a no sabes muy bien el qué, una vida en la que ya no encuentras el motivo de lucha. Entonces es cuando
lo pierdes todo, cuando ya no sabes por qué luchas, cuando tus valores te abren los ojos y te dicen “¡¡¡a dónde vas!!! ¿Era esto por lo que tú luchabas, por lo que te sacrificabas?” Y la respuesta es
un rotundo NO. Porque al final, queramos o no son nuestros valores los que nos motivan, los que nos dan esa fuerza para conseguir cosas. Y si actuamos en desacuerdo con ellos, simplemente, nos perdemos en el laberinto. Rebusca tus valores, algunos olvidados,
otros camuflados y si actúas de acuerdo a ellos tendrás más fuerza y te sentirás con más vida. AH.
COSAS QUE ME HAN AYUDADO A SUBIR ESCALONES (16-06-2012)
Además de esos ángeles que he encontrado y re-encontrado en el camino, hay muchas cosas a las que me he ido aferrando,
poco a poco y casi sin darme cuenta, y que me han ayudado a ir subiendo los peldaños de la escalera de la vida. MANUALIDADES Puzle de 1000 piezas de La Plaza de España de Roma: curiosamente faltaba una pieza y estoy esperando a que me
la manden para poder terminarlo y enmarcarlo. LIBROS Los pongo en el orden en el que los he ido leyendo, orden que es importante ya que en cada momento iba buscando una cosa distinta, iba necesitando cubrir distintas carencias.
BIENESTAR, AUTOESTIMA Y FELICIDAD
RAIMON GAJA, DEBOLSILLO, 2010 El primer libro de autoayuda que cayó en mis manos en este último
proceso y el desencadenante de todos los demás, de mi búsqueda. Gracias a mi psicóloga, quien me lo dejó para comenzar la terapia. Pronto supe que tenía que comprarlo y devolvérselo, porque me sentía tan identificada
con todo lo que explicaba… Identificada, comprendida y menos sola, porque hay mucha gente en la misma situación. ENAMORATE DE TI: EL VALOR IMPRESCINDIBLE DE LA AUTOESTIMA WALTER RISO, PLANETA, 2012
Le vi anunciado en la revista Psychologies y no lo dudé. En ese momento necesitaba claramente quererme, valorarme y creerme capaz. EMOCIONES TÓXICAS BERNARDO STAMATEAS, EDICIONES B, S.A., 2012 Este libro lo compré especialmente porque su capítulo sobre la depresión me hizo sentirme muy
identificada. Describe muchas de las cosas que he sentido y otras emociones como la ansiedad, el miedo, la envidia, la frustración, el llanto, etc. de forma magistral.
DONDE TUS SUEÑOS TE LLEVEN JAVIER IRIONDO,
ONIRO, 2012 Para mí el GRAN LIBRO DE LA VIDA, el libro que todo el mundo tendría que tener en la mesilla de noche para no olvidar nunca que SER es lo que da
sentido a la vida y que TENER solo ayuda, pero puedes “tenerlo” todo y ser un ridículo infeliz. El libro que más cambios, y más rápidamente,
comenzó a producir en mí. Podéis leer mi opinión más detallada así como más datos, entrevistas, etc. sobre el autor en otras entradas de mi blog. VIVIR ES UN ASUNTO URGENTE MARIO
ALONSO PUIG, PUNTO DE LECTURA, 2012 El autor es el médico cirujano que tiene una sección en el programa de Antena 3 de El Hormiguero y recientemente ha publicado
su libro “Ahora yo”. Os dejo la sinopsis, a mí me ha venido muy bien para comprender todo el tema del estrés: Cuando el corazón se desboca, el cuerpo se tensa y el cerebro no funciona bien. Si nos sentimos en peligro, reaccionamos atacando, aislándonos o simplemente huyendo. Estas formas de actuar impiden que
comprendamos a los demás y hacen imposible que éstos nos vean como realmente somos. Mario Alonso Puig nos invita a reflexionar sobre aspectos capitales de nuestra existencia y nos ayuda a trazar el itinerario que nos conducirá a una nueva
tierra: el terreno de las múltiples oportunidades. Vivir es un asunto urgente nos ofrece el apoyo necesario para afrontar los desafíos que se plantean en nuestras vidas, proporcionándonos alegría, ilusión, tranquilidad y
confianza. Una obra reveladora y cercana que trata a fondo el mundo del estrés, nos enseña cómo gestionarlo de manera adecuada y nos anima a controlar las riendas de nuestro destino, porque, en un cambio en apariencia insignificante, se
esconde la verdadera felicidad. Y ahora estoy leyendo LOS 7 HABITOS DE LA GENTE ALTAMENTE EFECTIVA; STEPHEN R. COVEY, PAIDOS
IBERICA, 2011. Un curso dividido en siete etapas que el lector deberá adaptar a su personalidad y a su vida cotidiana. El autor se sirve de anécdotas destinadas a
hacernos reflexionar sobre cada uno de nuestros actos y sobre el modo de acceder al cambio. El resultado es el desarrollo del propio carácter, de la integridad, la honestidad y la dignidad humana necesarias para transformar nuestro universo laboral
e íntimo en algo auténtico, único e intransferible. MÚSICA BUSCAMOS
SONRISAS-EL SUEÑO DE MORFEO El disco que me más me ha ayudado a salir del abismo, por su positivismo, por su fuerza y por su sinceridad. En especial
estas 4 canciones: Lo mejor está por llegar https://www.musicvoz.es/index.html?v=4fccdcae94a05f5e7a080000 Depende de ti http://www.youtube.com/watch?v=CsOAykh1F4I Sonrisas
http://www.youtube.com/watch?v=YLlMYQu-91U Corazones http://www.youtube.com/watch?v=YEmDPkYXX5s
SOY-ANA TORROJA http://www.youtube.com/watch?v=LkfqMLkwBX8 LOVE IS THE ONLY WAY-MACACO http://www.youtube.com/watch?v=py9luC_SHvw ESCRIBIR
TRANSMITIROS TODO LO QUE LLEVO DENTRO EN MI BLOG DE LA ESPERANZA AH.
LA LABOR DE UN PSICÓLOGO (28-06-2012)
La labor de un psicólogo no es sencilla, sobre todo si hablamos de un buen psicólogo. A parte de los años
de estudio, dedicación, el continuo “reciclaje” que, en mi opinión, hay que tener, etc., hay dos cualidades sin las cuales un psicólogo nunca llegará a ser realmente un buen psicólogo: la EMPATÍA y la SENSIBILIDAD.
Según la RAE la empatía es la “identificación
mental y afectiva de un sujeto con el estado de ánimo de otro”. Lo que no nos dice la RAE en su definición es que la empatía implica ante todo la ausencia de juicio, siempre y cuando el comportamiento de la persona esté dentro
de unos valores que no pongan en peligro al resto de la humanidad. Porque si intentas descubrir el fondo de una persona juzgando lo que ha hecho o dejado de hacer en su vida hasta ahora, no sólo no se abrirá si no que, además, provocarás
en ella una rabia tan grande que tan solo conseguirás el efecto contrario. Y está claro que en cuanto el paciente se dé cuenta de que sale de esa consulta con más rabia si cabe de con la que entró, abandonará la terapia
y puede correr el riesgo de cometer alguna estupidez si su estado mental en ese momento está en el fondo de un pozo sombrío. Por
eso y, aunque una vez dentro de los años de experiencia en la profesión alguno puede perder un poco el norte, es muy importante que el psicólogo recuerde siempre que la persona que tiene enfrente no es ni mejor ni peor, ni más fuerte
ni más débil por haber llegado ahí y sea cual sea el motivo por el cual llegó; simplemente tiene el lujo de tener en sus manos el poder de sacar lo mejor de esa persona, de que se descubra a si misma, de que sea ella misma. El reto
de quitar todas las capas que cubren a cada uno y llegar al fondo de su alma supongo que para el psicólogo debe ser muy gratificante. En cierto modo se los puede considerar como “escultores” de personas. La materia prima está ahí,
pero hay que modelarla, como Miguel Ángel modeló aquella enorme piedra para convertirla en su David. Una vez que la persona
se ha abierto a esa mano que le ha sido tendida, se puede comenzar a guiarla en la mejora de su forma de enfrentarse a las distintas situaciones de la vida, pero siempre desde el respecto, la libertad y la comprensión. Porque solo el que ha pasado por
ciertas cosas puede entenderlas pero, ni siquiera el haber pasado por ello, te da derecho a juzgarlo. La labor del psicólogo es hacer que veas tus errores, que te perdones por ellos y que comiences a cambiar tus paradigmas para llegar a esa ansiada
felicidad. Y es aquí donde entra en juego la segunda cualidad: la sensibilidad. El saber qué decir y qué no decir
en cada momento, el transmitir incluso con el silencio, con la mirada, con una sola palabra final cuando ya no esperas nada más de ese momento… Es tan importante, y tan difícil a la vez, encontrar el punto justo con el que seas capaz de activar a la otra persona sin provocar que dé un paso hacia atrás, es más, haciendo que descubra cosas que nunca
se atrevió a sacar e incluso que no sabía ni que tenía, que solo con una gran sensibilidad e implicación se puede conseguir. Y lo más difícil, empatizando yo ahora con lo que puede sentir un psicólogo, no olvidemos que al fin y al cabo también es una persona, puede que sea el mantener esa frontera, esa pequeña barrera tan necesaria para
que la persona no caiga en una dependencia de la que luego no sea capaz de salir. Porque esa barrera no es fija, necesariamente tiene que ser móvil en función del momento, de la situación, del pensamiento y del sentimiento, por eso en
ocasiones parece que los psicólogos nos dan una de cal y otra de arena. En realidad juegan a tensarnos y aflojarnos la cuerda a la que estamos agarrados hasta el momento en el que saben que ya no la necesitaremos. AH.
INDIGNACIÓN (14-07-2012)
Con el título de este artículo y tal y como está la situación económica hoy en nuestro país, la mayoría de la gente esperará encontrarse
con palabras contra los recortes, la pérdida del tan famoso “estado del bienestar”, etc. Pero hoy, lo que más me
ha indignado, lo que más rabia me ha dado, es ver el telediario y recibir toda esa ira, toda esa rabia, todas esas emociones tóxicas por parte de la sociedad ante la situación, sin lugar a dudas, tan dura y difícil en la que nos
encontramos como país. Para unos más y para otros menos, por supuesto… No voy a entrar en debates políticos, partidistas,
económicos… no es mi estilo y tampoco tengo la suficiente información como para hacerlo. Lo mío es la reflexión; y la reflexión que me hago viendo las imágenes de las manifestaciones por las calles de Madrid
me lleva a esas emociones, y a una gran tristeza. ¿Es esto en lo que se ha convertido mi país? ¿Es esto España?
¿Es ésta la sociedad que quiero ver en el futuro? No, por supuesto que no. Con esto no quiero transmitir, ni mucho menos, que
esté en contra de las manifestaciones, de reivindicar nuestras ideas, de que se nos escuche, pero la forma no me parece la adecuada. ¿No podemos ser más pacíficos? ¿No se nos escuchará más desde la calma que
perdiendo los papeles? ¿No seremos más sagaces si explicamos nuestras ideas con convicción en lugar de insultar y agredir? ¿Ganamos algo enfrentándonos con la policía?
Curiosamente las dos manifestaciones que, en mi opinión, más fuerza han tenido en este país han sido las dos manifestaciones más pacíficas y en las que España
ha estado más unida. Me refiero a las manifestaciones del 11-M y a las realizadas durante los dos días en los que estuvo secuestrado Miguel Ángel Blanco hasta su vil asesinato. Curiosamente también, eran en contra del terrorismo
y no en contra de algo económico, material... y, curiosamente, a simple vista no sirvieron de mucho, salvo para estar unidos. Hay mucha
gente pasando verdaderas penurias, gente que ya no puede cubrir sus necesidades básicas, gente que ya no es libre… Pero la ira, el resentimiento, el insulto, la violencia… solo nos llevarán a más de lo mismo, al círculo
vicioso de la queja continua y la parálisis total. Así, sólo conseguiremos quemarnos, hastiarnos, decepcionarnos a nosotros mismos y a los demás, entrar en una apatía constante y no sacar nada positivo, ni mucho menos, productivo.
¿Es más productivo el economista que no para de cuadrar los números que la persona que da aliento a alguien para que despierte de
esa apatía? Esa persona, en forma de psicólogo, amigo, compañero, voluntario, familiar… puede estar produciendo más, el problema es que lo que produce no tiene un resultado instantáneo. Pero esto no quiere decir que,
a largo plazo, no produzca más. Porque lo que está produciendo es el cambio en su entorno, en la sociedad, en el país, en esa Europa unida que nos quieren vender. Y digo yo, para que Europa esté unida, ¿no tendremos que unirnos
nosotros primero? Nuestras familias, nuestros amigos, nuestros compañeros de trabajo, nuestra sociedad. Las crisis estallan cuando llegan muy arriba, pero lo cierto es que, la única manera de atacarlas, es desde abajo. No me refiero al plano
económico. Me refiero a los valores perdidos en estos años de consumismo, egoísmo, individualismo, envidia, apariencia y opulencia. Solo si somos capaces de crear un nuevo paradigma en la sociedad que destruya todo eso, saldremos de ésta.
AH.
FRENTE A UNA HOJA EN BLANCO (15-08-2012)
Cuando uno se enfrenta a una hoja en blanco y no sabe muy bien cómo llenarla, qué contar, qué transmitir, cómo llegar a otros, tiene la sensación de que no
será capaz, de que ese reto le sobrepasa, de que es demasiado para uno. Como cuando cualquiera se enfrenta a tantas y tantas cosas en la vida y el miedo se apodera de todo al comenzar un camino que no sabes muy bien a donde te llevará.
Pero, de repente, sucede algo, algo mágico, y las letras comienzan a correr, a salir del interior de uno mismo, a ordenarse casi solas. Entonces, esa sensación de desazón,
de “no podré”, “esto es demasiado para mí”, “me estaré creyendo más de lo que soy”, se torna en grandeza, en confianza, en fuerza y en ganas de llegar al que estará al otro lado de mis
palabras en algún momento después de escribirlas, de sentirlas, de sacarlas de dentro. Surge esa fuerza contraria al miedo que, por alguna extraña razón, te empuja a seguir ese camino, la mayoría de las veces incierto y que
aún así es el que nos mantiene vivos. Valentía, la fuerza contraria al miedo, la cual necesitamos que sea algo mayor que éste para emprender una nueva ruta. Cuando escribes tienes una sensación liberadora y a la vez de responsabilidad. Responsabilidad porque estas letras tienen el fin de hacer que alguien se emocione, reflexione, tenga esperanza o se llene de fuerza, según el momento, dependiendo
también del estado de ánimo del escritor… Escritor: esa persona que es capaz de plasmar esos sentimientos, esas sensaciones que muchos tienen y pocos saben
explicar, tener esa facilidad de que las palabras fluyan, vuelen, tengan vida. Lo más difícil es trabajar con la duda de si conseguirás llegar a alguien, mover
algo en algún corazón o como a mí me gusta decir: “cambiar un poquito el mundo con mis palabras”. La duda siempre estará ahí pero, si no lo intentas, nunca sabrás quien tenía razón, si la
vocecilla del miedo o la de la valentía. Por eso, no nos queda otra que luchar por lo que queremos, por lo que creemos y por lo que, aunque sea en nuestro subconsciente,
sabemos que podemos. Porque si aparcamos el miedo al menos por un instante y nos quedamos con la fuerza de la valentía, seremos conscientes, al menos en ese instante, de que en el fondo sabemos que podemos. AH.
LA MONTAÑA RUSA DE LA VIDA (23-08-2012)
Hoy, pensando que la vida es una montaña rusa en la que nunca sabes cuándo vas a estar arriba y cuándo abajo, encontré esta frase cuyo origen desconozco:
"La vida es como una montaña rusa en la que tú decides si gritar o disfrutar del viaje." Puedes gritar, patalear, quejarte continuamente o decidir cómo hacer tu vida mejor, disfrutando de las pequeñas cosas, de los pequeños detalles, de esas cosas que se nos escapan día tras día entre
los dedos de las manos sin apenas darnos cuenta, sin saborearlas. Disfruta del viaje que la vida te dé la oportunidad de vivir, da valor a las cosas realmente importantes en vez de únicamente a las cosas urgentes que nos hacen ir corriendo todos
los días sin saber muy bien hacia dónde, llevados por la inercia. Hace no mucho tiempo una gran persona me dijo otra frase: “Hay personas que corren mucho y, cuando parece que tienen la vida perfecta, se les cae la fachada encima, por eso es mejor ir pasito a paso pero que cada paso sea firme y quede dado hacia delante y para siempre”.
En ocasiones pensamos que no avanzamos, que otras personas tienen una marcha más, que tienen una gran capacidad para avanzar en la vida, incluso les envidiamos… Pero, muchas veces, esa rapidez que creemos ver es “ficticia” porque no tiene un rumbo definido, porque no tiene un sentido, simplemente va a la deriva. Sin embargo,
el que va despacito pero con el sentido de su vida definido, suele encontrar el éxito verdadero en el camino, el verdadero, no ese éxito que la sociedad nos quiere vender. No
importa si hoy estamos arriba o abajo, lo importante es saber qué es lo verdaderamente importante, estemos donde estemos, y continuar luchando por ello. AH.
MOTIVACIÓN (28-08-2012)
Es increíble lo que puede cambiar el resultado de nuestras acciones una simple palabra: motivación. Porque
de tenerla a no tenerla no solo varía el resultado, también nuestro estado de ánimo, nuestra actitud ante las cosas, ante los retos, ante los sueños. Es
una fuerza que, cuando comienzas a pensar que te vuelves a perder en el camino, te aporta esa energía extra, como esas barritas energéticas que venden en los supermercados. Eso que hace que saques todo tu entusiasmo, tu vitalidad, en definitiva,
tus ganas de seguir luchando. En ocasiones nos encontramos con personas muy activas, que son capaces de muchas cosas, emprendedoras o simplemente que creen en lo que hacen, se
les nota en cada centímetro de su ser, esa luz, ese empuje… Estén cansadas o no, siempre les quedan fuerzas para transmitir aquello en lo que creen, aquello por lo que luchan, aquello por lo que quieren mejorar cada día, crecer
como personas y contribuir a que el mundo crezca. Solemos preguntarnos: ¿de dónde sacarán tiempo? ¿De dónde sacarán fuerzas? ¿Cómo se organizan? ¿Sus días tienen más de 24 horas?
¿Cómo consiguen mantener ese nivel de actividad sin decaer, sin entrarles ganas de tirar la toalla, únicamente mirando hacia delante? La respuesta es sencilla a
la vez que complicada: motivación. Eso es lo que les empuja. Porque cuando uno hace cosas en las que cree, es capaz de vencer los miedos, mirar a su objetivo e ir a por él sin dudarlo, sin que la anticipación negativa se apodere de sus
metas. Siente que puede comerse el mundo, que puede hacer algo grande partiendo de retos más pequeños, que aunque no quiera decirlo así porque su humildad no se lo permita, puede llegar lejos, más lejos aún de lo que imagina,
sin poner límites. Sin ella te sientes perdido, apático, derrotado y cansado. Es entonces cuando tienes que salir a buscarla. Sí, porque a veces se sabe esconder
muy bien y cuesta encontrarla. Pero, cuando comienzas a notar los síntomas, es cuando hay que darse cuenta de que es el momento de comenzar la búsqueda y no parar hasta encontrarla, aunque sin obsesionarse por el tiempo que tardes en ello. Esto
no es tarea fácil. Y tampoco una tarea que se realice una vez en la vida, es una tarea constante. Solo así conseguiremos sacar nuestro potencial, sentirnos llenos y encontrarle sentido a cada pequeña acción que realicemos.
Aún recuerdo la primera vez que me dijeron la siguiente frase, entonces ni creía en ella, ni tenía fuerzas, ni me veía capaz. No podía reaccionar, antes necesitaba
asomar un poquito la cabeza para poder creérmela. QUIERO, PUEDO Y ME LO MEREZCO Piensa lo que quieres hacer de tu vida, créetelo, porque si te sientes motivadopara ello podrás hacerlo gracias a esa fuerza extra y por supuesto que te lo mereces, todo el mundo merece tener la oportunidad de comenzar
de nuevo y de ser FELIZ. AH.
CAER PARA CRECER (14-09-2012)
Estamos acostumbrados a pensar que caer es malo: implica reconocer errores, tomar conciencia, ser humilde, sentirse incómodo con uno mismo y con los demás, hacer limpieza de creencias
y escarbar en ti para volver a encontrarte. Pero el hecho de que provoque todo esto, una revolución interior que más tarde se transformará en una revolución
exterior, no supone que directamente tengamos que clasificarlo como algo malo aunque, de inicio, pueda parecérnoslo sin ninguna duda. Cuando tomamos perspectiva de cualquier
crisis de nuestra vida, desde la más pequeña caída o simple “parón” en el camino hasta la más profunda que seamos capaces de imaginar, nos damos cuenta de todo lo que hemos aprendido, de lo que hemos sido capaces
de mejorar y, lo más importante, de aquello que nos impedía evolucionar hacia lo que realmente queremos vivir y cómo lo queremos vivir. Porque cuando llegas
a la conclusión de que lo que estás haciendo no es ni será muy trascendente ni para el mundo, ni para alguien y, lo peor, ni para ti mismo, que al final es lo que vale, la reacción tiene las mismas posibilidades de acabar en una
crisis vital que en un cambio directo hacia tu nuevo camino. Y no por pararse un ratito de tu vida en esa estación a reencontrarte, a liberarte, a quitarte capas y corazas que te oprimen y te impiden sacar tu esencia, estás perdiendo el tiempo.
Ese tiempo será de sobra aprovechado a la larga porque, lo más difícil del camino es saber el camino que quieres tomar. Cuando lo sabes el miedo desaparece, esa es la forma de saber que ese sí es el camino, porque cuando piensas
en las complicaciones que puedes encontrarte crees firmemente que, aunque te cueste, vas a ser capaz de superarlas y que ese camino te va a compensar la lucha. Pensad un momento
en este fragmento de ‘Alicia en el país de las maravillas’: Minino de Cheshire -empezó Alicia tímidamente, pues no estaba del todo segura de si le
gustaría este tratamiento: pero el Gato no hizo más que ensanchar su sonrisa, por lo que Alicia decidió que sí le gustaba -. Minino de Cheshire, ¿podrías decirme, por favor, qué camino debo seguir para salir
de aquí? -Esto depende en gran parte del sitio al que quieras llegar - dijo el Gato. -No me importa mucho el sitio... -dijo Alicia. -Entonces tampoco importa mucho el camino que tomes - dijo el Gato. Mi reflexión es que no pasa nada si antes de continuar te paras un tiempo para encontrar tu camino, para desviarlo unos grados o 180, lo que haga falta, pero que sintamos que en ese camino no vamos a tener miedo
paralizante, aunque sabemos que sí tendremos dificultades. Ese tiempo nunca será tiempo perdido, más tiempo perdemos corriendo de lado a lado sin rumbo, en la dirección de otro, de la sociedad, de lo que se supone que es el camino
a seguir. Y lo cierto es que cada uno tiene que encontrar su propio camino y, aunque cuando comience a andarlo se vea solo y perdido, pronto encontrará a esas personas que un día decidieron comenzar a dar esos mismos pasos. ¿Y cuál es vuestra reflexión? AH.
COHERENCIA (09-10-2012)
Uno de los males de nuestro tiempo es la falta de coherencia. Pero ¿cómo podemos definir la coherencia? Podríamos decir que es la armonía entre lo que pensamos,
decimos y hacemos. Esa armonía nos da la tranquilidad suficiente para avanzar por el mundo siendo nosotros mismos, sin preocuparnos del qué dirán, de si me
juzgarán, de si me quedaré solo simplemente por ser quien y como soy. El problema suele ser que, por esos miedos, nos cerramos, no nos mostramos, dejamos de ser nosotros mismos para convertirnos en algo parecido a un autómata sin demasiado
sentimiento. No es que no haya sentimiento, es que éste se va guardando en una cajita en nuestro interior, haciendo heridas en el alma sin darnos cuenta, porque lo que “está
de moda” es guardarse la emoción, parecer fuerte, de hierro, porque mostrarse implica el riesgo de parecer débil, vulnerable y, por tanto, de que nos hagan daño. Lo cierto es que, por evitar que otros nos hagan daño, nos hacemos daño nosotros mismos. Como escuché hace poco en una serie de televisión “a la única persona que tienes que aguantar toda la vida es a ti mismo
así que es a ti mismo a quien no puedes traicionarte”. Porque si no eres coherente contigo mismo, ¿qué clase de coherencia vas a mostrar a los demás? Tan solo te perderás tratando de ser alguien que no eres, imitando,
siendo una mala copia de muchos, y por supuesto, la incoherencia terminará saliendo a flote. Tantas veces pensamos cosas que no decimos, decimos cosas que realmente no pensamos
y actuamos sin reflexionar un poquito antes que, al final, hay un día en el que tú mismo te preguntas, ¿qué estoy haciendo y por qué? ¿Por qué me guardo esto? ¿Merece la pena mostrarme tal y como soy?
Si te muestras puede que haya gente que te haga daño (lo cierto es que aunque te hagas el fuerte te hacen daño igualmente, así que la diferencia es más bien escasa)
pero también habrá muchas personas a tu alrededor que comiencen a mostrarse, a ser más verdaderos y, entonces, descubras que detrás de tantas fachadas hay mucho más. El primer paso para llegar a la coherencia es aceptarte, con tus virtudes y tus defectos, tratando de mejorar y sin resignarte pero sabiendo que la perfección no solo es inalcanzable sino que puede resultar tediosa, por eso
somos imperfectos. Después, reflexionando y teniendo claros tus valores, tus bases, tus cimientos, te irás construyendo y poco a poco irá surgiendo esa coherencia entre pensamiento, emoción y acción. Esa coherencia que una
vez alcanzada resistirá los envites de la vida porque has comenzado a creer en ti aunque sin perder la humidad de lo que puedes aprender de otros abriendo tu mente a lo que te haga crecer. AH.
SIN PRISA PERO SIN PAUSA (06-11-2012)
Las últimas semanas han sido intensas: nuevas actividades, conocer gente, ideas de proyectos futuros
(algunos puede que demasiado soñadores), en definitiva, semanas de vivencias. Eso que no tenía desde hace tiempo: vivencias. Pero aún hay algo ahí que me incomoda, no sé, es como si tuviera que llegar pronto a algún sitio, como si tuviera que correr para ver un resultado que me demuestre si
me estoy equivocando o no. Algo que me confirme que todo saldrá bien. Eso no lo sabré hasta que no pase el tiempo pero lo que sí puedo percibir, lo que me puede sacar de dudas son mis sensaciones. Las emociones y sensaciones que tengo cuando pienso en esas nuevas motivaciones, cuando
hablo con esa gente descubierta hace poco, etc. Aunque muchas veces no nos demos cuenta, esto aporta una gran cantidad de información sobre nosotros y sobre cual puede ser nuestro nuevo camino, nuestro cambio de rumbo. Cuando me encuentro con esta sensación de prisa, pienso: ¿por qué?,
y llego a la conclusión de que mi perfeccionismo y mi nivel de exigencia aún hacen estragos. Esta es una de las cosas que me quedan por trabajar. Lo cierto es que si lo pienso fríamente, ya he corrido demasiado (en el sentido de la exigencia)
y en estos días, especialmente en el curso que estoy haciendo en la ONG "El Teléfono de la Esperanza", he sido más consciente de que la gente normalmente no corre tanto y de la importancia de disfrutar del camino. Porque tener metas, retos, motivaciones, en definitiva, cosas que nos activen
es bueno pero cuando solo te centras en eso, pierdes una parte muy importante de la vida, tal vez la más importante. Yo lo llamo “ansiedad positiva” pero, al fin y al cabo, es ansiedad y como tal hay que aprender a controlarla.
Equilibrio, esa es la palabra. Equilibrio
entre las distintas áreas de la vida, ir avanzando sin prisa pero sin pausa en cada una de ellas, y cuando sientas que te centras mucho en una déjala un ratito descansar
y vuelve a la que tienes un poco abandonada. Así haciendo correcciones constantes que te lleven a avanzar al mismo paso en las distintas “pasiones” que tiene la vida. Próximo objetivo: EQUILIBRIO Y LA VELOCIDAD JUSTA Y ADECUADA.
HACE UN AÑO (19-12-2012)
Hace un año de la caída y hoy me parece imposible sentirme de una forma tan diferente a como me sentía el mismo día del año pasado. Ha sido un año intenso, lleno de emociones contrapuestas, de subidas, de bajadas, de intensidad, de reflexión, de dudas, de aprendizaje de vida, de sorpresas, la mayoría de ellas positivas…
Aún recuerdo las palabras de una amiga que me repetía que un año después me reiría de todo esto, que sólo necesitaba tiempo y que ya vería como
sí que podía salir de esa situación. Y yo siempre la respondía lo mismo: esta vez no, esta vez sé que es imposible. Pues llevabas razón, no
lo era. Porque mientras hay lucha nada es imposible. Y, aunque hubo momentos en los que dejé de hacerlo, por suerte, fueron apareciendo poco a poco y una tras otra las personas que me ayudaron a recuperar las ganas de luchar, de vivir y de darme a mi
misma una nueva oportunidad. Oportunidad de cambio, oportunidad de ser realmente yo. Sólo espero que 2013 sea un año de sueños, de imaginarlos y de ir en busca de
cumplirlos. Porque si sueñas siempre tendrás un motor que impida la caída. Soñemos. AH.
OPORTUNIDAD DE CAMBIO (26-01-2013)
Después de unos días sin escribir en el blog, un poco absorbida por las tareas cotidianas y la escritura de mi libro, sí, sí, mi libro, quiero compartir una cosa
un tanto curiosa que me está pasando en las últimas semanas. Y es que he podido comprobar eso que dicen de que, cuando uno está
bien, a su alrededor, de repente, pasan cosas distintas. Debe ser que ahora transmito algo que antes no transmitía pero últimamente me sorprendo de la cantidad de momentos gratificantes y sorprendentes que me llevo. Y lo mejor es que me los llevo
sin esperarlos, sin planearlos. Personas que se acercan a ti sin haber hecho nada, otras que sienten la necesidad de cerrar viejas rencillas
pasadas, momentos de compartir, de soñar despierta, en definitiva, momentos positivos. Y es que aún me parece mentira cómo de un momento tan profundo, tan difícil
mentalmente hablando, se puede resurgir de una manera tan increíble, tan constructiva y llegar a un estado que, si no es eso que llaman felicidad, se le parece bastante. Porque
no hay nada más grande que hacer de una crisis una oportunidad, una oportunidad de cambio. AH.
CAUSALIDAD (02-02-2013)
En épocas de cambios, de incertidumbre, de crecimiento, de evolución, siempre hay un hecho ante el que nos preguntamos ¿por qué a mí?, ¿por qué
yo? En ese momento solo sentimos dolor, rabia, frustración… pero ese hecho sólo sucede para que aprendamos algo, para que nos demos cuenta, para que tomemos consciencia de que tenemos que hacer algo, algo diferente. Es como si, de repente,
nos pusieran un cartel luminoso delante con aquello que no hemos querido ver durante algún tiempo, aquello en lo que ni siquiera queríamos pensar dejándonos llevar por la rutina. En nuestra mano está si nos seguimos enrabietando
dándole vueltas a por qué el destino nos ha puesto en esa situación o si lo aceptamos, que no es lo mismo que resignarse, como un reto, como una oportunidad de que aquello que vemos como un revés de la vida se convierta en ese punto
de inflexión que nos dé la fuerza necesaria para nuestro cambio, para convertirnos en la persona que realmente somos. Cuando nos atrevemos a iniciar este proceso,
no exento de miedos e inseguridades, nos vamos dando cuenta de que hay cosas que comienzan a suceder de forma causal, que no casual. Es como si el destino, ese al que tanto le has preguntado por qué, decidiera ponerse de tu lado. Incluso fuera tan caprichoso
de ponerte en situaciones que te llevan a dónde tu quieres estar realmente, que fuerzan el que tengas que tomar esa decisión que todavía te da un poco de miedo, para qué negarlo. Incluso, a veces, ni siquiera tienes que elegir,
simplemente esa opción que comienzas a vislumbrar se convierte en la única por las circunstancias. Todo comienza a encajar, al menos en mi mente, visualizando mi
futuro de forma distinta, con más ilusión, con más esperanza, a pesar del ambiente que ya se encarga diariamente de robarnos una parte de nuestro optimismo. No será fácil, habrá que luchar, pero estoy segura de que
la causalidad hará su parte y confío en ella. Porque todo pasa por algo. Y ahora si estoy preparada, preparada para afrontar lo que venga y en el momento que quiera suceder, porque sé, confío, en que después de una dura prueba
la vida en algún momento recompensa a los valientes de alguna forma. Puede sonar vanal, incluso prepotente, pero ahora sé que si pongo todo de mi parte, que si hago caso a mi corazón y a mis ideas el momento llegará. Y cuando venga
ese último “revés” antes de poner definitivamente el rumbo hacia lo que realmente necesito y quiero, tan sólo lo veré como una liberación y una oportunidad. Porque ya no lo consideraré como un “revés”,
tan sólo como eso que ahora mismo no encaja con el resto de las piezas del puzle. AH.
DISIPANDO MOMENTOS DE DUDAS (05-03-2013)
Una de las cosas que más me incomoda últimamente son las dudas. Hay días en que esas cosas que parecían tan claras en tu mente, de repente, se vuelven turbias. ¿Es
esto realmente lo que quiero? ¿Me volveré a equivocar? ¿Servirá para algo? Dudas y preguntas que no reflejan otra cosa que miedo. Miedo a salirte de los patrones establecidos, miedo a qué pasará, con qué me
encontraré, que me deparará el futuro, si estaré a la altura, miedo al fracaso. Dudas. Dudas y miedo, la combinación perfecta para no actuar, para quedarte
de nuevo rezagado, asustado, sin pasión… ¿Y cómo contrarrestar esto? Conectando con aquello que un día te encontraste, tu interior. Con aquello que salió en esos momentos tras la caída, ésos son los momentos
auténticos que te dan las pistas de lo que realmente te hace levantarte. Esos momentos sin ruido, contigo misma, son los que valen. Y cuando dudo, vuelvo a ellos y entonces, al recordarlos, siento calma, me freno y le doy importancia a lo que de verdad
importa, las personas. Hoy recuerdo una frase que me dijo “mi guía” al poco tiempo de estar mejor. “No saques la bola de cristal”. Porque puedes imaginar
mil cosas positivas y negativas de lo que es posible o no que pase pero lo único que tienes es hoy, así que sigue actuando, construyendo ese camino que sientes sin importarte a donde te llevará. Porque un camino con corazón te llevará
mucho más lejos que un camino únicamente llevado por la razón. La fuerza es mucho mayor si eliges el camino con corazón. Síguela! AH.
LA RELATIVIDAD DEL TIEMPO (07-04-2013)
Hay días que, cuando me pongo a pensar en ese futuro incierto, me doy cuenta de la relatividad que tiene el tiempo. El tiempo es el mismo, 24 horas cada día, 365 días cada
año, uno más si es bisiesto, pero lo que no es lo mismo es cómo lo vives, cómo lo aprovechas, las personas que te vas encontrando, lo que creces por el camino y la clase de persona en la que te vas convirtiendo. Quizá por
eso también hay días en los que me frustra especialmente pasar tiempo haciendo cosas que voy sintiendo poco a poco que ya no cuadran en mi vida y que más tarde o más temprano, de una forma u otra, desaparecerán.
Los cambios son así, procesos, y en el proceso se va clarificando ese camino hasta que dejas atrás todo eso que ya no te vale para emprender una nueva ruta hacia algo que te da una
energía que antes no tenías, que te pone en acción. La relatividad del tiempo… y es que si miro un poco hacia atrás, sólo para coger perspectiva,
me doy cuenta de que en poco más de un año he vivido y he crecido más que en los últimos cuatro y esto debería ser una pista bastante importante de donde está el camino correcto. Por eso, cuando mi mente vuelve a la
duda, al miedo, al qué pasará, alejándose del momento presente por un futuro anticipatorio, robándome esa paz interior, me centro haciéndome una pregunta: ¿Y quién te iba a decir que ibas a estar así
de bien hace relativamente poco? Y me respondo con otra frase potente: Si pudiste, podrás. Sólo tienes que tener claro tu motivo, tu meta y seguir pedaleando. AH.
|
|
 |
|
|
|