A raíz del incremento del número de desahucios y de que algunos de ellos han terminado tristemente en suicidio, los políticos han decidido debatir en el Pleno del Congreso
de los Diputados nuevas acciones de prevención del suicidio dentro de la Estrategia de Salud Mental.
Con la crisis económica se está incrementando tanto el
nº de suicidios consumados como el nº de suicidios frustrados y, en España, el suicidio se ha convertido ya en la primera causa de muerte no natural, lo que significa que cada día diez personas se quitan la vida en el país. Durante
años se nos ha recordado que la primera causa de muerte no natural era producida por los accidentes de tráfico y, por ello, se han realizado numerosas campañas de concienciación y otros esfuerzos en reducir esta cifra que, poco
a poco, va descendiendo.
Pero ¿qué pasa con el tema del suicidio que nunca se habla abiertamente? Algunos “expertos” dicen que, si se habla de ello, se
corre el riesgo de que el número se incremente, por aquello del efecto “dominó” pero si no se habla de ello se está desatendiendo y despreciando un problema bastante importante en la sociedad. Además, con los tiempos
de incertidumbre, estrés, ansiedad, etc., en los que nos encontramos, si no se realiza ninguna acción al respecto corremos el riesgo de que vaya a más.
Por
eso pido desde aquí concienciación e inversión en la prevención del suicidio, fomentando la salud mental, la inteligencia emocional y quitando el estigma a todo lo relacionado con la mente. Quitar el tabú.
Concienciación e inversión, ¿cómo? Se me ocurren algunas ideas:
- Campañas
publicitarias (al estilo de las realizadas con los accidentes de tráfico) para que toda la sociedad sea consciente de que las enfermedades mentales son eso, enfermedades, y no lo estigmatice. Además, incluir a dónde es más factible
acudir en una situación de crisis para que quien lo padece no de “palos de ciego” e insistir en que no es un tema que afecte a un grupo reducido de personas, que lo sufre mucha gente pero se trata de mantener oculto por el miedo al rechazo
social.
- Incluir en la educación charlas sobre salud mental para que desde una edad apropiada se comience a ver este problema
de otra forma. Sería aconsejable ir pensando en incluir alguna asignatura o taller de inteligencia emocional para ir fomentando la salud mental desde pequeños.
- Talleres y cursos para familiares de enfermos mentales, para que sean conscientes de los problemas particulares de la enfermedad que le atañe a su familiar y colaboren en el entorno del mismo
lo mejor que puedan.
- Aumento significativo de las plazas del PIR para que todo el mundo pueda ser atendido gratuitamente
y con calidad. No olvidemos que los años del PIR son años de formación para el futuro psicólogo que acabará atendiendo a los pacientes, formación que no tienen la oportunidad de tener nada más que un porcentaje
muy bajo de los titulados en psicología.
- Ayudas a las ONGs que con los recursos actuales tratan de hacer malabarismos
para ayudar todo lo posible (El Teléfono de la Esperanza, Plataforma "Psicología Sin Fronteras", Asociación “Mentes Abiertas”, etc.).
- Colaboraciones entre estas ONGs y los centros de Salud Mental de la Seguridad Social para una mayor visión de los problemas actuales y cómo enfocarlos.
Después de esto alguno puede pensar: vale, estupendo. Pero ¿qué hacemos si no hay dinero para invertir en salud mental ni en nada actualmente?
Bueno, me da la sensación que cuando hay dinero tampoco lo hay para este tema pero ahora que no lo hay la contestación es aún más rápida, ya se hará cuando lo haya. Pero ¿alguien
se ha parado a pensar que pasará en los próximos años con los problemas psicológicos en nuestra sociedad? Después de esta larga crisis corremos el riesgo de que una parte importante del país quede algo, poco o muy
tocada a nivel moral, psicológico, de valores, de sentido… y si esto no se trata irá saliendo poco a poco en el futuro lo que conllevará un aumento del gasto en medicamentos como antidepresivos, ansiolíticos, etc., además
del gasto en bajas médicas, baja productividad… todo esto sin contar con lo importante, la salud de las personas. Quiero decir que, aunque solo nos tomáramos el tema desde un punto de vista económico, no invertir ahora en salud
mental de forma seria y responsable sería un grave error.
Y, para terminar, solo aclarar que es verdad que la crisis ha incrementado el nº de suicidios y el de intentos
frustrados y que el bombardeo constante de información negativa influye hasta en el más positivo, pero que este tema siempre ha estado ahí, desgraciadamente el número a mi entender siempre ha sido excesivo y nunca ha sido lo suficientemente
atendido y valorado.
Porque nos puede pasar a tod@s, difúndelo.
Noticia al respecto:
http://ecodiario.eleconomista.es/interstitial/volver/ros2ago12/sociedad/noticias/4396040/11/12/El-telefono-de-la-esperanza-ofrece-a-los-parlamentarios-su-experiencia-en-prevencion-de-suicidios.html