La Asociación Internacional del Teléfono de la Esperanza (ASITES) es una entidad de iniciativa social. Fue fundada oficialmente en 1971 por Serafín
Madrid y declarada de “Utilidad Pública” en 1972. Es miembro fundador de la Plataforma del Voluntariado de España y también es miembro
de pleno derecho de IFOTES (International Federation of Telephonic Emergency Services, con sede en Ginebra) y de IASP
(International Asociation Suicide Prevention) y, a través de éstas, está vinculada formalmente con la OMS (Organización Mundial de la Salud). Tiene convenios de colaboración con varias universidades
nacionales y extranjeras.
El Teléfono de la Esperanza está presente en 25 provincias españolas, en Oporto (Portugal)
y en 13 países de Latinoamérica. También está funcionando en Zúrich (Suiza) y en Londres (Reino Unido) como recurso de ayuda para el numeroso colectivo de hispano-luso hablantes
y están adelantados centros similares en Miami (EE.UU.) y París (Fancia).
Una mejor salud emocional
En el Teléfono de la Esperanza queremos contribuir a la mejora de la salud emocional de las
personas, poniendo al alcance de los ciudadanos un servicio cualificado y gratuito que les ayude a superar sus problemas.
Además, siendo conscientes de la importancia de la prevención, hemos creado unas “redes
de ayuda preventiva” que promuevan el cuidado de la salud emocional a través de cursos, talleres, grupos de formación y autoayuda, seminarios, conferencias… y que fomenten en las personas una relación satisfactoria consigo
mismas y con las que les rodean.
Asimismo, el Teléfono de la Esperanza ofrece una formación específica a aquellas personas que poseen una fuerte motivación
para echar una mano a otros seres humanos en situaciones de crisis emocional y que deseen desarrollar sus cualidades y las habilidades para la ayuda. Es nuestro objetivo, por tanto, ayudar
a formarse a los que quieren ayudar.
Por otra parte, nuestra asociación ha asumido también el reto de apoyar a poner en funcionamiento nuevos
centros del Teléfono de la Esperanza allí donde se den las condiciones necesarias, es decir, donde haya una demanda de ayuda psico-emocional y exista un nutrido grupo de voluntarios con iniciativa y recursos para embarcarse en esta
tarea.